
Ser absorbida por la Banca: Comencemos con eLoan, una empresa pionera y líder en la industria que comenzó su actividad en 1997 ofreciendo servicios de financiamiento digital cuando Internet todavía era algo reciente en términos de su adopción. Solo un año más tarde, para 1998, la firma Intuit ofreció comprarla por $130 millones, el trato no se concretó. Finalmente, y tras haber sobrevivido a la crisis de las “punto Com” (algo no menor), eLoan fue adquirida en 2005 por Popular Bank en un valor de $300 millones de dólares. No obstante, el nombre eLoan dejó de existir en el 2009, antes del auge de los teléfonos celulares y las aplicaciones. Lo que sucedió fue que Popular Bank decidió que todo préstamo directo estuviera bajo su propio nombre de firma, poniendo fin a la historia del exitoso sturtup.
Brindar sus servicios a la Banca: Por otro lado encontramos firmas como Credit Karma, fundada en 2006. Esta organización innovó en el mercado sin brindar créditos de manera directa al consumidor, sino información y asesoramiento. Utilizando las nuevas tecnologías, Credit Karma permitió al consumidor obtener informes crediticios gratuitos (score) y también servicios de asesoramiento para mejorar dicha evaluación crediticia. Finalmente, si el score ya era bueno, ellos mismos fueron quienes ofrecieron un producto financiero (tarjeta, hipotecas, préstamos, etc.) de otras instituciones. Generaron así una demanda novedosa de sus servicios para la demanda, pero principalmente para los bancos, quienes contratando sus servicios pudieron mejorar la segmentación de sus productos.
Aliarse al negocio de la Banca: La reconocida Lending Club fue una de las primeras aplicaciones para Facebook, una App temprana que permitió pedir préstamos personales sin garantía y a otros individuos a ser inversores en esos préstamos (estas plataformas entre individuos son conocidas como peer-to-peer). Una de las mayores novedades que trajeron plataformas como Lending Club, fue que el inversor no debería prestarle dinero a una única persona, sino a un portafolio de personas que comparten ciertas características, lo cual por supuesto ayudó a reducir drásticamente el riesgo de inversión. Esto es, un pequeño inversor obtuvo la posibilidad de tomar una parte del portafolio de un pequeño crédito. Aunque la tarea no fue una novedad, pues los bancos han hecho lo mismo históricamente, Lending Club propuso una plataforma donde el inversor pueda buscar una lista de préstamos a financiar y seleccionarlos de acuerdo a sus preferencias. La lección es que, más allá de haber sido en cierta medida pioneros y un caso de éxito en reducir la intermediación de la banca tradicional, al incrementar su escala de negocio pasaron ellos mismos a crear paquetes y carteras de préstamos e intercambiarlos con los bancos tradicionales.
Competir a servicios de la Banca: Finalmente, otra compañía que realizó una propuesta Fintech novedosa fue Kabbage. Mientras los bancos tradicionales generalmente toman semanas (o meses) para aprobar préstamos a pequeñas empresas, la propuesta de Kabbage fue brindarles financiamiento flexible en el muy corto plazo. Con ello, en el 2009 lograron conseguir $1,5 millones de dólares de 45 inversores ángeles lo cual les permitió otorgar sus primeros 100 préstamos en su primer año. Al siguiente pudieron acceder a mucho más financiamiento tras demostrar que podían colocar y cobrar préstamos productivos a pequeños negocios en sólo minutos. Así, aunque con altas tasas de interés, supieron brindar la flexibilidad que la banca tradicional no pudo compitiendo con estas. Otro dato valioso es que Kabbage avanzó en alianzas con firmas de pagos, transporte y contabilidad de pequeñas empresas lo cual le permitió realizar scorings alternativos más allá de una aplicación formal de crédito declarada por el prestatario. Usando más de un millón de data-points como parte de su ciclo de aprobación crediticia, ha podido prestar más de 4 mil millones de dólares a más de 130.000 pequeñas empresas y ser una de las Fintech más relevantes del mercado.
Como podemos observar, el devenir de la revolución Fintech no es algo lineal ni homogéneo. Existe un interesante abanico de historias que nos permiten matizar la idea de las Fintech como “amenaza terminal a la Banca”. No obstante, estudiar a este sector y sus particularidades nos permitirá avanzar en análisis más profundos, finos, y que tal vez nos permitan realizar aportes constructivos de cara al futuro.